jueves, 15 de octubre de 2015

Basílica San Juan de Baños -

           Si te apetece emplear esta tarde en visitar la iglesia considerada como la más antigua de España que aún se mantiene en pie, solo tienes que acompañarme. Viajaremos hoy hasta, Baños de Cerrato, en la Provincia de Palencia, donde encontramos la Basílica de San Juan Bautista, más conocida como “San Juan de Baños”. Esta sencilla basílica prerrománica, junto con la iglesia zamorana de San Pedro de la Nave, es uno de los templos de arquitectura visigótica más sobresalientes de todo el territorio español. El origen de San Juan de Baños, es muy antiguo, nada menos que del siglo VII. Según cuenta la leyenda, o la historia pues no están del todo definidos sus límites en esta temprana época, fue el rey Recesvinto quien ordenó construir esta basílica en honor a San Juan Bautista, como agradecimiento tras recobrar la salud gracias a las aguas de un manantial cercano a este lugar, cuyos poderes curativos eran ya conocidos en tiempos de la dominación romana, donde se creó un importante establecimiento termal que fue conocido como “Balneos”. En este mismo lugar hay referencias de que existió también un templo romano consagrado al dios Esculapio. San Juan de Baños, como tantos otros edificios cristianos medievales, se levanta sobre los lugares de culto de antiguas religiones politeístas, quizás para conseguir cristianizarlos, o quizás porque hay lugares llenos de magia y poder.
       Pocas décadas después de su consagración, cayó bajo la dominación musulmana, y fue abandonado, aunque nunca llego a ser destruido, quizás por el hecho de que San Juan Bautista, también es una figura muy respetada por el Islam. En el siglo IX volvieron los cristianos a dominar estas tierras, reparando la iglesia de San Juan de Baños que pasó a ser propiedad de Doña Urraca primero y más tarde perteneció al cercano monasterio de Dueñas, ejerciendo como parroquia de Baños de Cerrato hasta el siglo XVII. 
Vista lateral basílica San Juan de Baños


           El templo que hoy podemos contemplar, no es el mismo que se construyó en el siglo VII, a lo largo de sus muchos siglos de historia, ha sufrido numerosas intervenciones modificando sustancialmente su morfología original, la última de ellas en el siglo XIX, que la salvó de una inminente ruina y durante la cual se le añadió la modesta espadaña que hoy luce. Aun así conserva buena parte de su estructura visigótica, construida a base de grandes sillares de piedra perfectamente labrados dispuestos sin argamasa. El templo se estructura en tres naves, separadas por arcos de herradura que apoyan sobre columnas de mármol posiblemente recuperadas del templo romano anterior, todo cubierto por una techumbre de madera, esta de época moderna. En el exterior destaca su portada, de estética hispano-visigoda caracterizada por un bello arco de herradura, con dovelas de distinto espesor estando la central, decorada con una peculiar cruz de estética visigoda. 
Siempre me ha parecido admirable, la perdurabilidad de las pocas iglesias visigodas de las que aún podemos disfrutar, que han conseguido soportar el paso de tantos años para mostrarnos las técnicas constructivas de los primeros cristianos de la península. 
    A pocos metros del templo encontramos la fuente-manantial de San Juan, cuyas aguas desde siempre se han considerado curativas, y que el propio monarca Recesvinto mandó canalizar, siendo una de las pocas obras hidráulicas de esta época existentes en nuestra geografía. Aquí termina nuestro viaje de hoy amig@s, hasta mañana.